El estudio, que compara la opinión de los inversores y de los CEOs sobre los principales desafíos a los que se enfrenta el mundo de los negocios en los próximos meses, revela que ambos colectivos tienen una visión algo distinta sobre cuáles son los grandes riesgos para las empresas (ver gráfico). Los CEOs, por ejemplo, están más preocupados que los inversores por la excesiva regulación, el terrorismo y el aumento de la presión fiscal que los inversores. Mientras que estos últimos ponen el acento en el auge del populismo y del proteccionismo. Eso sí, ambos coinciden en situar a la ciberseguridad, la incertidumbre geopolítica y la velocidad de cambios tecnológicos entre las grandes cuestiones les quitan el sueño.
Los inversores -al igual que los máximos ejecutivos- se muestran muy confiados sobre la evolución de la coyuntura internacional en los próximos doce meses. El 54% espera una mejora de la economía mundial -nueve puntos más que en nuestra encuesta de año pasado-. Sin embargo, los inversores son más pesimistas que los CEOs acerca del crecimiento de los ingresos de las empresas en el corto y medio plazo: sólo el 23% se muestra muy confiado por el 47% de los presidentes y consejeros delegados (ver gráfico). De nuevo, ambos coinciden en priorizar el crecimiento orgánico por delante de la reducción de costes, la creación de alianzas o las fusiones o adquisiciones.
Principales destinos para la inversión
La opinión es unánime cuando se les pregunta a inversores y directivos sobre los destinos más relevantes para la inversión en 2018. Estados Unidos, China, Alemania, Reino Unidos repiten en el top five. Algo similar sucede cuando se les interroga a ambos colectivos sobre hacia donde consideran que evoluciones el orden económico y político internacional. Tanto los inversores como los presidentes y consejeros delegados entrevistados aseguran que vamos hacia un mundo mucho más fracturado, marcado por un aumento de los nacionalismos y del proteccionismo económico y donde, cada vez más, deberán convivir diferentes sistemas y ordenamientos jurídicos.
Los inversores consideran que la globalización ha supuesto grandes avances a la hora de hacer negocios: ha facilitado el movimiento de capitales, de personas y de bienes y servicios y ha permitido la conectividad universal. Sin embargo, hay otros aspectos donde sus efectos no han sido tan favorables como en la lucha contra el cambio climático, la escasez de recursos naturales y para reducir las diferencia entre ricos y pobres.
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